Las confituras, mermeladas o jaleas pueden presentar las siguientes alteraciones:
Están liquidas:
Puede deberse a que se haya usado una fruta con poca pectina, o que no haya cocido el tiempo suficiente para alcanzar el punto adecuado. La solución es añadir zumo de limón o puré de manzana y cocerla de nuevo hasta que alcance el punto adecuado.
Están cristalizadas:
O bien la fruta es poco ácida o ha cocido tanto que el azúcar se ha concentrado demasiado. En el primer caso, volver a cocerla añadiendo zumo de limón, y en el segundo ponerla en un cazo con agua y limón, mezclándola bien.
Están fermentadas:
Puede deberse a varias causas, mala limpieza de los utensilios, haber utilizado tarros todavía húmedos, una insuficiente esterilización o un cierre defectuoso. La acción de las levaduras creara burbujas de gas alcohólico en la superficie de la mermelada. Lo mas conveniente es desecharla.
Tienen moho:
Similar al caso anterior, suele deberse a las mismas causas. Puede retirarse la capa de moho y consumirla rápidamente o volver a esterilizar el bote.
La fruta se ha decolorado:
Suele ocurrir con frutas que se oscurecen fácilmente en contacto con el aire, como las manzanas, las peras o los melocotones. El problema se puede paliar bañando las frutas en zumo de limón en cuanto se pelan y vigilando que el almíbar de la conserva las cubra en todo momento.
El bote presenta rebosamiento:
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