En un recipiente hacer una papilla con azúcar lustre y agua que mezclaremos poco a poco para evitar la formación de grumos. A esta mezcla se el puede añadir cualquier licor blanco o aromas en una cantidad prudencial, sin llegar a excederse.
También se puede sustituir el agua por jarabe a 30ºB y colorear la glasa, si en algún uso fuera necesario.
Se tendrá al precaución de no dejarla demasiado fluida o espesa. El punto idóneo dependerá del tipo de pieza que se tenga de bañar, lo que se consigue gracias a la practica.
Una vez bañadas y escurridas las piezas se introducirán en al horno el tiempo preciso para obtener un perfecto brillo y secado, lo que normalmente ocurre momentos antes de empezar a hervir las gotas de glasa que durante el escurrido suelen caer de las rejas a la bandeja inferior.
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