A partir de los triángulos cortados para el croasant, enrollar este sin patas con los extremos doblados hacia adentro. acabar de formar y colocar sobre una lata de horno, pintar con huevo batido, y proceder a fermentar y cocer como en el croasant normal.
Una vez la pieza fría, cortar esta horizontalmente con la ayuda de un cuchillo de sierra. Con ayuda de una manga pastelera provista de un cornet rizado rellenamos la base del croasant con crema de queso, y ponemos encima tres rodajas de kiwi.
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